La lista de Schindler / The Philadelphia Story
La Segunda Guerra Mundial nos ha sido
retratada tantísimas veces que, para mí, ya resulta un tema manido del que
intento huir. Sin embargo la cinta que os traigo a coacción, dentro de un
minimalismo que llega a rechazar el color con la salvedad de colorear el abrigo
de una niña —como estrategia para que enfoquemos la atención en ella y en su
historia, breve pero que resume todo lo que significó el terror nazi para los
niños judíos—, resulta una excelente sumersión en el Holocausto que arrasó el
continente. Con diálogos los justos, Spielberg descarta empotrar conversaciones
que no lleven a nada porque no van a explicar mejor lo que ya todos sabemos, de
hecho lo que él quiere es hacernos sentir, y ¡maldita sea!, lo logra. Filmada a
ratos como si fuera un documental, con mucha gente moviéndose de aquí para allá
y en silencio todo porque este también es un lenguaje, y devastador; y con solo
dos protagonistas encarnando el bien (Liam Neeson), el mal (Ralph Fiennes), las
tres horas de metraje son una absoluta brutalidad que nos deja exhaustos
emocionalmente. Y como si un tren nos hubiera pasado por encima nos damos
cuenta de dos cosas: el bien puede ir revestido con una capa de malicia; el mal
aniquila la empatía.